No vi "Dos pájaros de un tiro" pero le daría dos tiros al muy pájaro.

No soy un tío muy de conciertos yo, voy de vez en cuando a alguno, pero poca cosa, en realidad tampoco es que sea un melómano, como parece obvio. Melómano no es un tío que come melón con la mano, ni un amante de los melosos, melómano es un tío al que le chifla la música de Camela, el Fary y Pimpinela. Bueno, pues eso, que quitando a esos dioses de la música barrio bajera que son los "Maniática" y "S.A." nunca antes había repetido grupo en un concierto. Hasta ayer.

Ayer fui a mi segundo concierto de Serrat. La primera vez que le vi sería hace unos cuatro o cinco años. Después de aquella vez pensé que era imposible de superar ese concierto. Me equivoqué, ayer lo superó, de lejos, de muy, muy lejos. La primera vez salí cabreado del concierto, ayer quería matarlo a él, a su perro, a toda su familia y a la foca tetrapléjica que tenía delante con mis propias manos.

Concierto, gira promocional de su último disco, que su padre y el padre de Miguel Hernández que es de quien son todas las letras, conocerán el nombre. Lugar Viveros, veintidós cero cero. Llegamos puntualmente tarde. Una birrica fresca… fresca unos treinta segundos que es lo que tarda en empezar a hervir a las temperaturas a las que nos estamos moviendo este verano. Tras verlo todo hasta la bandera de gente, tomamos una silla de plástico, con más cara que espalda vamos directamente a la cuarta fila de las chopomil que había, cojonudo, para ser los subnormales que se habían comido una cola de cien metros donde no había necesidad de hacerla no lo llevábamos tan mal.

Soy perfectamente conocedor de la amplitud del repertorio del Nano, sé que conozco aproximadamente un cuarenta por ciento de sus canciones (si no menos), pero… "Uy, esta no la conozco"… "Uy, esta tampoco la conozco" repetir mentalmente la frase anterior unas siete veces. De pronto suena "Niño Yuntero", como decimos por mi barrio "gallina en piel", si al final de cada canción la gente aplaudía, con esta el triple de aplausos, gente en pie, gritos rollo concierto de los Beattles lleno de alocadas jovenzuelas histéricas… que debían ser las mismas en los Beattles que ayer con Serrat, pero con cuarenta años más.

Por cierto, curiosamente había más gente joven de la que me esperaba para un concierto del Joan Manuel, o eso o se está relajando mi definición de "gente joven" (lo cual dada mi edad es una posibilidad estadísticamente significativa), pero que estaba muy bien surtido el buffet vamos… aunque creo que buffet lo llaman cuando puedes comer lo que quieras así que la definición está más que muy lejos de hacer honor a su nombre. Lástima. Pero vamos al cocido que me ando por las ramas de Úbeda o algo.

Siguiente canción… no la conozco, siguiente… no la conozco, siguiente… no la conozco, siguiente… adivinad… Así otras tantas veces. "Nanas a la cebolla", precioso tema, pero mi cabreo ya era tal que más que gallina en piel era odio inyectado en los ojos. Hubo aplausos nada más empezó, aplausos a mitad canción, sí, a mitad, aplausos interminables al final. Serrat, hijo de puta, tú que vas por la vida de tío cultivado… ¿no te dice nada eso? Empiezo a pensar que cultivado, sí cultivado, pero como los boniatos de cultivado.

Siguiente… no la conozco, sigu… blablabla. Toca una animadilla cuyo título nunca he sabido, aunque como de casi todas las que conozco me sé la letra de arriba abajo. Aplausos infinitos al principio, aplausos durante TODA la canción, al final lluvia de rosas, gritos, más aplausos, cuando cesan y empieza a caer el silencio se oye sobradamente a algún desalmado "¡¡¡YA ERA PUTA HORA JODER!!!"… anda, si era yo el desalmado ahora que me acuerdo. Si se me oyó donde estaba él, que yo juraría que sí a juzgar por el número de carcajadas, oídos sordos. Siguiente… no la conozco blablabla. FIN DEL CONCIERTO.

Cuarenta y pico pavazos para escuchar el puto nuevo disco de Serrat entero, junto con los cuarenta y pico de la vez anterior en la que hizo exactamente lo mismo, mi mano izquierda habría dado por un buen rifle de perdigones de sal. Llevo escuchando a Serrat desde que tengo uso de razón, y de esto hace por lo menos dos semanas ya, es más, llevo escuchándolo desde antes incluso, desde los cinco o seis años y que no sea antes. Amo sus canciones, amo su música y si no fuera porque quiero despellejarlo con un cuchillo oxidado sin filo y colgarlo boca abajo al sol en mitad de una carretera de Sevilla (de estas fresquitas) para que los cuervos picoteen sus cuencas oculares vacías también lo amaría a él.

Hay que ser hijo de la grandísima cortesana de vida alegre para jugársela así a la gente que te admira. Entiendo de sobra que quiera promocionar su puto nuevo disco. Entiendo que tras toda una vida tocando las mismas canciones esté cansado de tocar esas. Entiendo que como gran artista se puede permitir el lujo de tocar poco más o menos lo que le salga del Nabucodonosor. Joder, entiendo que cuando un cuerpo se sumerge en un fluido experimenta un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen del fluido desalojado.

¿No puede tocar una canción "famosa" y otra promocional? ¿una famosa y dos promocionales? No señor, lo único que puede tocar son los cojones. ¿No ve acaso como se divierte la gente cuando toca las canciones antiguas que, al fin y al cabo, es lo que han ido a escuchar, al Serrat que conocen de toda la vida? Me parece de un egoísta subido de tono, de alguien que no se debe a su público y de un bastardo sin corazón. No voy a dejar de oírlo porque sería contraproducente para conmigo mismo, pero vive Iniesta que se lo merece sobradamente.

Me cago en su puta madre,

Tío Yyr.

PD: Me cago en su puta madre.

Per a ofrenar, noves glories a Espanya, tots a una veu GERMANS vingau

Hay tres banderas que mostrar hoy, dos secundarias y una principal.

La primera, la de España, fantástica, magnificente, inconmensurable, ciclópea, o en un lenguaje más refinado, pa' cagarse las patas abajo. Sin pedazo selección, y es que si el Don Pimpón que tenemos por entrenador se diese cuenta que el niñato Torres no es capaz de correr ni aún saliendo sólo los últimos siete minutos y lo dejase más a menudo en el banquillo, en su casa o en el fondo del Ebro con una piedra atada a la punta de la polla, todo nos iría mejor, iría como ayer. Hasta Xabi Alonso jugó bien, ¿qué digo bien? Jugó de puta madre, manda huevos.

La segunda, ¿Cómo no?, la de mi bienamado F.C. Barcelona y es que no sólo ser culé no significa ser antiespañolista, no significa no disfrutar tanto las victorias de la selección como las del club (si no más), sino que además, un 63.64% del equipo titular español es del Barça y un 45.5% catalán. A ver cuando los disminuidos psíquicos (estoy pensando en intereconomía, pero es extrapolable) se meten en su puta cabeza que, visto que está hueca, sitio les sobra que muchos catalanes sí se sienten españoles y no repudian a la selección. Y que se metan también que los que no se sientan españoles están en su derecho COMO ESPAÑOLES QUE SON, de reivindicar su independencia la de la Pampa belga o el encarcelamiento y ejecución de los pitufos maquineros (que no vendría mal). Que tienen derecho de hablar su lengua (y la mía) cuando les plazca y donde les plazca (otra cosa es que resulte de mala educación depende el momento) y que, para mí lo más importante, son ellos (los descerebrados) los que con su actitud de mierda y con sus venenosas lenguas viperinas les dan la razón para montar las que montan, España es España, no es Madrid y periferia. A ver quien es el guapo que hoy me dice que, Oh gran capitán, Carles Puyol, no es español. Iros a la mierda.

Hoy más que nunca, ¡¡España a una!!



















Y la última bandera, la más importante… tan importante es que voy a poner todas sus versiones, que son muchas. La bandera de los tercios españoles, y no estoy pensando en Mahou o Estrella, si no en esos que les metían ora una pica ora una bala por el culo a los holandeses.

¡¡¡A MUERTE A POR ELLOS!!!