Por el culo te la... ¿amocho?

El cinco es un número curioso, al menos tan curioso como todos los demás, pensando, pensando seguro que de todos los números se nos ocurren muchas cosas que decir, pero hoy en concreto me obsesiona el cinco. Si a Jim Carrie le obsesionaba el veintitres, a mí, que puedo ser muchas cosas, pero nadie me rebatirá que sin duda soy mejor actor, ¿por qué no el cinco?, yo soy titular, del once hacia arriba que se peguen los segundones.

Cinco formaban ese fantástico club, que tanto me cautivó en su día y al que aún hoy hay que reconocer como un grande.

Cinco son los dedos de la mano y las Jotas del jamón.

Cinco fueron los Istari y cinco sus varas y son cinco los sentidos que tenemos con el permiso de Spiderman.

La puta loba tenía cinco lobitos y el mar tiene cinco oceanos.

Los mejores hoteles tienen cinco estrellas, mi subwoofer cinco satélites.

Si le preguntas a alguien cuando llegará o cuanto le queda para acabar algo siempre son tantos minutos como puntas tiene la estrella satánica.

¡Demonios! Si hasta Eddar Stark tenía cinco hijos.

Cinco es número de la rima universal, cinco son los susurros que ella tiene escondidos detrás su oreja.

Y como dirían Les Luthiers, "De cada diez personas que ven televisión, cinco… son la mitad".

Cinco saludos, repartíoslos.

PD: Creo que no he dicho que el blog cumple cinco años ¿verdad?