Un danzarín.

Malvado un danzarín... Urdangarín, ser perverso donde los haya, maldita lacra de la sociedad. No tenía bastante con robarNoos a todos. No, que va. Ahora tiene que acusar de corrupción a nuestro diligente, magnánimo y confiable Paco Camps, que de todos es sabido, ha empleado su vida en pos del beneficio público y del mercado internacional de las naranjas tan típicas de Valencia con sus amigos de Orange Market. ¿Qué sería, pues, del fantástico pueblo de Llombai, que viven del cuero sin él, todo el día venga a promocionar correas? Cuando al parecer, nuestro amado benefactor y amiguito del alma, ya había deshecho todo el malentendido producido por dos efímeros y baladíes trajes, ahora van y le meten esta otra carga. ¿Es que el pobre nunca se va a poder librar de las suspicacias de todos esos rojos y perro-flautas? Menos mal que nuestro sistema judicial funciona perfectamente e inhabilitaron al sibilino cabecilla bolchevique de la operación, el inicuo y antisistema juez Garzón, adalid del comunismo, anarquismo y demás tendencias miasmáticas que hacen enfermar a nuestro país.

Por otro lado, este bochornoso elemento de la sociedad, nacido en Guipúzcoa y exjugador de un equipo catalán (que por tanto poca o ninguna relación debería tener con España), urdió (o urdión-garín) un plan para apropiarse del estado español y contrajo matrimonio con una mujer sólo deseada por las mascotas enfermas de los marineros tras años en altamar y los condenados a cadena perpetua invidentes y sordos. Con su apoyo se hizo con el lugar que ocupa hoy, reconocido por nuestra loable monarquía por la única razón de no hacer patente la innominable e inexistente capacidad de la infanta de naranja para encontrar pareja. Una vez ahí, y tras levantar falso testimonio contra el ya mentado, muy honorable Paco Camps, lejos de estar contento, intenta también incriminar a la siempre atractiva y coherente miembro del partido homófobo y anti-pordioseros, alcohólica y lesbiana Doña Rita Barberá. ¿Habrase visto tamaña desvergüenza? El hecho, no la alcaldesa, que aunque de tamaño va bien, vergüenza no le sobra. Narra el elemento, que se adjudicaron en Valencia proyectos a dedo, sin previo concurso, ¡anda que no!, pero si en eso consistía “La paella rusa” del Molleó, lo que pasa es que cuando se murió ya consideraron hechos los concursos para las dos siguientes décadas. Tocaron en dichos concursos la ciudad de las artes y las ciencias, la F1, la visita de su santidad el papa, que ya ves, para uno que se digna a venir aquí y no dura dos telediarios, creo que la belleza de Valencia fue demasiado para él y le dio el síndrome de Stendhal (como a mí cada vez que veo un espejo). Toca la copa américa, biopark y alguna que otra cosa. Total, para que queremos presupuesto en educación y sanidad, si vamos a estar todo el día entretenidos viendo la maravillosa ciudad, no vamos a tener tiempo de ir al hospital ni a la escuela ni a trabajar… ups, espera, no era eso.

Al menos al hombre este (me niego a llamarlo señor), no le ha dado por incriminar a la casa real, que aunque la pobre, de vez en cuando, se equivoque y no vuelva a hacerlo, entre regatas, elefantes y caderas no tiene tampoco demasiado tiempo para corromperse. Así que doy por hecho que lo que está haciendo el danzarín es tender una tupida cortina de humo para que los españoles no podamos valorar en la justa medida la transparencia del PP en el caso Bárcenas, las increíbles mejoras económicas que se está produciendo gracias a Rajoy y sus muy moderadas medidas y la independencia total de nuestro judicial. Así que, caballeros y señoras, ya saben, ciudad de las artes y paciencias.

En fin, les dejo que pierdo el enlace de vuelos que tengo en Castellón.

Saludos,

Tío Yyrkoon.