Ready player one.





Hola amiguetes,

A decir verdad, que ya es mucho decir, no recuerdo si he hablado aquí de esto antes, pero como si no me acuerdo yo no cuenta lo repetiré. Quería hablar de un libro fantástico que estoy releyendo, un libro lleno de acción, lleno de aventuras y lleno de letras, joder si tiene letras el hijo puta.

La primera vez que lo leí me pilló en vacaciones, flotando como una morsa diabética en la piscina de Denia. Lo acabé en dos días, al final estaba yo tan arrugado que parecía una amalgama entre la Duquesa de Alba, la credibilidad de Rajoy y un escroto a veinte grados bajo cero.  Valió la pena, que pena es precisamente lo que daba yo cuando salí del agua.

Pese a que el post es un poco largo prometo que no hago ningún spoiler del libro y todo lo que aquí relato se dejará ver antes de la página 20… o 30. Si leéis la contraportada seguro que os chafan más.

Al turrón. El libro se ambienta en un futuro distópico, que no es muy futuro ni muy distópico. Corre el 2044 y las fuentes de energía fósiles se han quedado secas, secas. Tras Conchita Wurst, Portugal se dio cuenta que las mujeres con bigote ganaban Eurovisión y no se les había escapado ni uno desde entonces. Jordi Hurtado seguía presentando Saber y Ganar. El caso es que la crisis energética había llegado a hundir la economía. La pobreza y el hambre desolaban el mundo. Las casas de comida rápida tenían una cola de dos años… para trabajar en ellas, no para las entregas, sino sí que habría hambre de verdad. Vamos que trabajar era más difícil que explicarle la teoría de cuerdas a la infanta Elena.

En mitad de este caos se alzaba un nuevo producto, una red social de dimensiones jamás vistas, una solución para la vida y al tiempo una prisión autoimpuesta. OASIS. OASIS era un gigantesco universo virtual donde se alojaban cientos de miles de planetas, cada uno con unas características determinadas. Se accedía a OASIS mediante unas gafas de realidad virtual y unos guantes… esto… estooooo… chipirónicos por ejemplo, que permitían moverse dentro de aquel entorno.

Dado que la carencia de combustible hacía tremendamente caro desplazarse por el mundo real, las empresas empezaron a comprar planetas dentro del entorno virtual de OASIS, allí organizaban sus reuniones y básicamente toda su actividad empresarial. También las escuelas y universidades fueron trasladadas dentro de OASIS y así la red social se convirtió más en un nuevo modo de vida que en una red social a la antigua usanza. Por supuesto el inventor y fundador de OASIS también tenía más pasta que las gafas de un hipster.

Comienza el libro con la muerte del señor James Halliday, fundador de OASIS, amigo de los niños y consagrado friki de cojones. El señor Halliday, que estaba como una puta regadera, no tenía herederos, ni perrito que le ladrase así que, más ancho que largo (literalmente), decidió esconder dentro de su creación, OASIS, un Huevo de pascua y donar el control completo sobre OASIS así como toda su fortuna, que ascendía a chopocientos mil gritones de dólares, al primer tío raro que encontrase su huevo de pascua.

Claro, quien más y quien menos se siente un pelín atraído por una fortuna de chopocientos mil gritones de dólares, no me lo negaréis, así que comienza una carrera sin cuartel para solucionar el enigma del huevo de los huevos. Por un lado, unificados como la derecha política están los Sixers, que son los malos malosos de la peli. Se trata de una empresa gigante cuyo nombre no recuerdo así que me referiré a ella usando algunos caracteres que me salgan de forma aleatoria… por ejemplo SGAE. La SGAE forma un ejército de buscadores de huevos, con todos los medios y poder posible, pero como siempre los malos y la derecha, con el cerebro del tamaño de un mosquito pigmeo. Por el otro lado está la izquierda haciendo gala de lo que siempre ha sido la izquierda, es decir, no hay manera de que se pongan de acuerdo y como todos son taaaaan, taaaaaan listos y tienen taaaaantas, taaaaantas ideas, pues no hay tu tía, se forman cientos de clanes independientes y también cazadores de huevos solitarios que no se unen a ningún clan. Tanto clanes como solitarios se hacen llamar Gunters (Egg hunters) y odian a los Sixers más que a la alcachofa en la paella, que ya es decir.

A todo esto, sito en una caravana amontonada encima de otras muchas, traspasando varias veces el umbral de la pobreza, vive nuestro amigo Marco, en una humilde morada. Se levantaaaaaaa, muy tempraaaaanooooooo, para ayudaaaar… uy, creo que se me ha ido otra vez... Vive nuestro amigo y protagonista Wade Watts (Perzival dentro de OASIS) que no busca a su pobre mamá porque está más muerta que la libertad de expresión la hija de puta. Wade/Perzival, que no tiene un puto duro ni en su mundo de verdad ni en OASIS, decide convertirse en Gunter solitario tan pronto como comienza la caza del huevo. Así se puede evadir de su vida de mierda.



 Ye Patxi, ¿cuánto dices que te pagan por aparcar los coches?


Para encontrar el huevo hay que resolver tres acertijos, y cada uno conduce al siguiente, pero al parecer son chungos, chungos de verdad, así que pasan más de cinco años sin que se resuelva ni siquiera la primera pista y se empieza a perder el interés por la búsqueda hasta que de pronto, el nombre de un solitario Gunter de ínfimo nivel aparece en lo más alto de la tabla de puntuación (que estaba a 0 hasta aquel día). Perzival ha descubierto la primera llave y de nuevo se desata la batalla por conseguir el huevo.

Tanto la SGAE con el Rey del pollo frito a la cabeza, como el descabezado ejército de Gunters vuelven a ponerse guantes chipirónicos a la obra. El viejo y ya putrefacto Halliday había nacido en algún año indeterminado (indeterminado en este post porque no me acuerdo) de los 70’. Así pues, para desvelar los misteriosos secretos y los secretosos misterios que escondió dentro de OASIS, todos, izquierdistas y derechosos, se ponen a rebuscar entre el no pequeño elenco cultural que nos dejó la década de los 80’ y de la que Halliday era tan fan como Eduard Forest de… bueno, de la que Halliday era muy fan. Así que se vuelve a poner de moda todo aquello. Es así como Mr Cline (escritor) nos hace rememorar cientos de canciones, videojuegos, películas y series de culto de aquella época trasladándonos a un tiempo donde Chanquete aún no había muerto. Toda una delicia para nostálgicos e historiadores de los 80’.

Por otro lado, por si hasta ahora nos parecía que el libro no era suficientemente friki, que ya hay que estar enfermo para que te lo parezca, rematamos la fiesta explicando someramente el interior de OASIS. Pese a su evolución a red central de comunicaciones, el mundo OASIS fue, en principio, diseñado como un juego, un juego más grande que ninguno que se hubiese hecho antes, pero un juego al fin y al cabo. Se había clonado universos enteros dentro de OASIS, La tierra media, World of Warcraft, Star Trek, Blade Runner, StarWars, La cañada del real y todo eso. En unos mundos dominaba la magia, en otros la tecnología, en algunos ambos y en otros ninguna. Cóctel friki para los más bebedores.

Así que, sin ser una obra que vaya a pasar a los anales de la historia de la literatura, bien podemos decir que la novela es muy, muy buena si te gusta la ciencia ficción; sublime si además eres friki; una jodida master piece tamaño mierda de T-Rex si eres un friki que te gusta la ciencia ficción y además naciste entre 1970 y 1985.

Los amigos de la Warner están preparando una versión cinematográfica que esperemos que llegue a ver la luz… y que no la caguen a lo grande como tienen por costumbre casi todos los estudios de Hollywood.

That’s all folks,

Tío Yyrkoon.

El rey.



El lunes pasado fue el Memorial Day en los Iunaited Esteits (el día del veterano) y los muy zafios nos dejaron sin capítulo de Juego de Tronos. Nuestro siempre preocupado monarca, que a Dumbo gracias no se encontraba cazando paquidermos, paquistanís ni a Paquirrín ha sido tan magnánimo y tan regio que ha decidido obsequiarnos con un capítulo doble este lunes.

Sí, el rey ha abdicado. Juan Carlos I de Borbón, blasón al viento y con su lema (Un Borbón nunca paga sus deudas, ni sus yernos tampoco), se retira, esperemos que no se retire muy rápido porque es probable que se caiga y se parta la cadera y, oiga usted, una persona, sea monárquica o republicana nunca debe desear el mal a nadie que no milite en el PP. Así pues, como al parecer aquello de “El rey ha muerto, viva el rey” es sólo de las películas, hasta que nuestro bienhadado Felipe jure su cargo nos hemos convertido por fin con todas las letras en una “república temporal paellera” (al menos en Valencia), algo que siempre hemos sido, pero no podíamos declarar.

El tema es que sería un momento perfecto para librarnos de la lacra de la monarquía hacer un referéndum y que el pueblo elija si quiere un rey o no e incluso bajo qué condiciones podría llegar a quererlo porque, no nos engañemos, tener un rey, guste o no a algunos tiene sus ventajas, lamentablemente y a día de hoy tiene más inconvenientes que ventajas, vendría a ser como que te la estén chupando en una habitación a oscuras y que al final enciendan la luz y sea la Espe, que oye, sí, te la han chupado, pero a ver quién te quita el trauma ahora.

Repasemos las ventajas y los inconvenientes de tener un rey.

Inconvenientes:

-         - Tener un miembro específico de la comunidad que esté por encima de la ley no es de ídem, y con artículos en la constitución sólo para él… que ya podía compartirlos el muy egoísta. Yo también quiero mi artículo o aunque sea una puta columna de opinión escrita por Roncero.
-          -Tener rey es un gasto para el estado. Tener un rey, con una familia real que cría como conejos y una aristocracia del tamaño del ejercito de China es demasiado. Si además le sumamos lo que roba el Urdangarín y lo que se esnifa el Marichalar como no vayamos con cuidado no nos va a dar para rescatar al próximo banco que quiebre.
-         
            - El hecho de que sea un título hereditario nos condena a que pueda pasar a ser rey cualquiera, sea subnormal o no. Con la presidencia de la nación pasa lo mismo (a los hechos me remito), sí, pero al menos ahí nos aseguramos de que el presidente es igual de subnormal que como mínimo la mitad de los que ejercieron su derecho a voto. Imaginemos un trágico accidente multitudinario en algún lugar donde se reúna toda la nobleza… no sé, las regatas, torneos de tenis, camas redondas, whatever… de pronto ¡PAM! Todos muertos. El siguiente en la línea sucesoria es un tal Pocholo… ¡¡¡Venga la fiesta!!! Podéis imaginaros el discurso de BLANCA Navidad.
-         - En muchos casos, mandar a un rey como relaciones exteriores puede resultar contraproducente. Sí, lleva toda una vida arrastrándose por los más oscuros rincones de la diplomacia, conociendo partes más íntimas de Barbara Rey, Corinna y muchas otras la demagogia, esto no quiere decir que tenga que estar bien dotado para ello en particular, aunque se podría preguntar a algunas como está de “dotado”. ¿Por qué no te callas?

Ventajas:
-          
             -No nos engañemos, tener rey viste mucho cara al público exterior. Aquí viene el primer ministro de Italia (que no el presidente), cuyo nombre su padre olvidó hace tiempo, y cuando aterriza se entera el taxista que lo recoge del aeropuerto, y el primo hermano de su puta abuela, total ¿quién es el primer ministro de Italia?, lo que es más, ¿a quién coño le importa? Sin embargo, se da la reina de Inglaterra un garbeo por Benidorm con el inserso y sin hacer nada más que bailar los pajaritos con María José se entera hasta la Soraya Sáenz, que ya sería noticia que se enterase de algo, y no será que no tiene un ojo en todas partes.  Así que tener rey es bueno para dar publicidad al país en el extranjero.



Foto oficial de la página de la Moncloa. Jódete.

-          -Si bien he mentado que tener un rey como relaciones exteriores PUEDE resultar contraproducente, en otras ocasiones puede ser muy positivo. Para mentes más… eeeemmm… eeeeestoooooo, ¿hechas a las viejas tradiciones?, como podrían ser un jeque árabe, el rey de Marruecos, Gallardón… tratar con un presidente… puag, ¡qué puñetera miseria!, si total en cuatro (u ocho) años se va a ir (, forrado, pero se va), ¡cuán patético!, eso no está a la altura de todo un rey, un jeque o cualquiera con un cargo vitalicio como Jordi Hurtado. Ellos negocian mejor con otros reyes, es así. Y oiga, no crea usted que esa gente hace entrar poco capital en el país. Y no deja de ser cierto que la gran parte de dicho capital se la quedarán las grandes empresas, la banca y otra gente SOBRE-cualificada, siempre nos quedará la esperanza de que para cuando llegue el momento de repartir cuscurros de pan duro entre los indigentes, gente dependiente, investigadores e ingenieros recién titulados, no les dé por quedárselo todo y dejen alguna sucia y embarrada migaja para los demás.
-          -Esto es completamente subjetivo, pero creo que tener un rey, en caso de sólo mantenerlo a él (y no a toda su familia de inenarrables dimensiones) sería más barato que mantener a un primer ministro ya que el primero sabe su cargo vitalicio mientras que el segundo no. El primero es la cigarra sin invierno y el segundo es la jodida hormiga antes de la glaciación.

Así pues, mi criterio sería:

Sí a la monarquía, ¡PERO….!!
1.- Sueldo preestablecido para el rey y sólo para él, ni dietas ni su familia ni la aristocracia ni perrito que les ladre.
2.- El rey, exceptuando su cargo el rey es exactamente igual que todos los demás ante la ley. Excepción hecha de Iniesta que debe ser considerado la encarnación de Dios en la tierra.
3.- Para acceder al cargo debería cumplir ciertas condiciones de formación, como ciencias políticas, hablar varios idiomas con fluidez, master en felaciones internacionales y blablablá. No vale regalarle los títulos, tiene que ganárselos, en especial ya sabéis cual.
4.- En cada elección general se añadirá una casilla en la que el pueblo decidiría si continuar o no con la monarquía.
5.- Cuando el rey muera o abdique el pueblo elegirá el nuevo rey entre los 5 ó 6 primeros de la línea sucesoria que cumplan los requisitos establecidos en el punto 3.
6.- El tío Yyrkoon será el primer rey bajo estas condiciones para instruir con el ejemplo. A falta de candidata, Patricia Conde y Pilar Rubio se turnarán mensualmente el cargo de reina en funciones (al menos mientras el rey “funciones”).

El rey ha muerto. ¡Viva el reyyrkoon!

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¿Qué os parece todo?

Dark Souls: Prepare to die

Después de seis días de arduo trabajo… “Bienvenido al verdadero infierno” le dijo el programador de From Software a Belcebú. Entonces le dio un monitor de 50”, un mando de play station y una copia de Dark Souls. Y El séptimo día descansó como un grandísimo hijo de puta. Thread. Sleep(86400000). Y Belcebú jugó, jugó y jugó. Meses después El Todorencoroso instauró la Iso Ds9018 en el infierno como estándar de tortura primigenia y contrató al programador de From Software como Punish Dispatchment Manager con intensificación en Anal Stick Insertion.

Sí, amiguitos, así nació la primera versión de Dark Souls. Desde entonces, según todas las agencias de estadística celestiales, la extremaunción se ha incrementado en un 666%, hay incluso gente que la toma varias veces tras resucitar el tercer día. Eso es Dark Souls, el mal en sí mismo, la incepción de la desesperación, el nacimiento de la locura, es un jodido Gremblin comiéndose un cochinillo asado a las 23.59 en una tabla mohosa que flota a la deriva en mitad del Atlántico. La receta usada por los amigos de From Software es como la de la paella, teóricamente es sencilla, pero a la hora de la verdad te acaba saliendo un arroz con pollo y no muy bueno. Es lo más difícil a lo que he jugado desde que fui a votar por última vez.

Donde en los juegos actuales es complicado dar dos pasos sin encontrar un punto de salvado en Dark Souls estos están escondidos detrás de paredes imaginarias apartadas de la mano de Dios o visibles y cercanos, pero terriblemente inalcanzables. Te dejan sólo intuirlos detrás de aquella piedra en lontananza; se ve por una rendija por la que jamás podrías pasar, pero que, en realidad, da lo mismo ya que aunque cupieses se encuentra sita al otro lado de un abismo de insondable profundidad y en el que la mitad del mismo está ocupada por un demonio de lava del tamaño Cuenca y no, no son las casas lo que le cuelga.

Cuando, tras sudar tinta, sangre y calamares a la romana consigues llegar al punto de salvado (los llamaremos “hogueras” a partir de ahora) te sientes feliz como una meretriz al salir de Babilonia, que hay mucho intrusismo laboral ahí. Es curiosa la primera vez que, después de salvar la partida en una hoguera, matas a cuatrocientos dos bichos, cada cual más repugnante que el anterior; te has quedado sin pociones y tienes menos vida que la cabeza de Belén Esteban, sin embargo, oh desgracia la tuya, no encuentras la siguiente hoguera. Seguir adelante sería un suicidio y además, con la generosidad y el altruismo del que están embebidos nuestros simpáticos Anal Stick Insertion Managers, toda la experiencia (llamémosla almas) que acumulas se pierde si no la gastas, pero… oh, sólo puedes gastarla en una hoguera… está bien, andaremos hacia atrás los 10 kilómetros que nos separan de la hoguera que ya conocemos y luego los volveremos a andar hacia delante con el camino ya despejado, así con nuestra vida a tope y cargados de pociones podremos buscar, seguramente de forma infructuosa, lamentable y arrastrándonos cual gusanos, la siguiente hoguera. Has vuelto. Estás otra vez en la hoguera del principio, has venido desde a tomar por el puto culo, que ríete tú del camino de Santiago, guardas la partida y de nuevo. ¡oh, sorpresa! Todos los monstruosos amigos de los niños han vuelto a aparecer, en los últimos 40 minutos de partida has avanzado… ¡¡absolutamente nada! En este punto es cuando te das cuenta de que ya no te quedan uñas y estás masticando (que no mordiendo) muñón.

Al menos, tras morir y perder la experiencia aproximadamente unas 400.000 veces ya has aprendido a matar a los bichos sin casi sufrir daño. Perfecto, avanzas rebanando cabezas por doquier, casi puedes sentir la textura de la carne al ser aplastada con tu garrote de dos metros de largo por uno de ancho. ¡ja! . Eres como Don Pelayo, como Dios, pero cuidado, Jim Carrey también era como Dios y acabó rodando “Los pingüinos del Sr. Poper”… tras cinco horas jugando sin parar llevas encima 190.000 almas acumuladas y sin gastar, pero no hay problema, los tienes dominados, nada puede matarte, eres indestructible, no puedes perder tus trabajadas almas… Error, un paso en falso y sale un enemigo que no cabe en las putas 50” de la televisión y que con sólo mirarte mal te produce la muerte por atragantamiento testicular, o de pronto se abre el suelo y te conviertes en un pincho de tortilla o te aplasta una piedra rodante o, lo peor de todo, ese enemigo al que llevas seis días matando una y otra vez sin que te roce, de pronto se ha acordado de que mentaste a su madre y te da la paliza de tu vida. Ahí es cuando dejas de masticarte el muñón y directamente revientas la consola a puño desnudo… bueno, a muñón desnudo. Si habéis visto “Trabajo basura” sabéis a lo que me refiero, si no la habéis visto no sois dignos de vivir. He dicho.

Para aderezar toda esta consecución de insensibles desvaríos de su enferma mente, el amigo Anal Stick Insertion Manager que, aun condenado al ostracismo, tiene su sucinta vida social, probablemente para partirse el culo de los jugadores a ojete batiente, suele ir de fiesta con alguien a quien amablemente llamaremos, para que no se dé cuenta de que nos da asco, Diseñador Joputa de Gráficos Repugnantes. Pues bien, el Diseñador Joputa de Gráficos Repugnantes es profesional, muy profesional. Ha conseguido dar el ambiente necesario para que vayas cagado a cada esquina. Paisajes tétricos y oscuros, con olor a decadencia y sabor a sangre muerta, con infinitos detalles que confieren una no-vida fantásticamente horrenda, temible y tenebrosa a todos los escenarios uno por uno. Algunas veces, el Diseñador Joputa de Gráficos Repugnantes recuerda que una vez fue humano y decide crear un hermoso paisaje, con el sol brillando allende las altas torres de dura piedra, pero claro, el diseño no es rápido y antes de acabar siempre recuerda quién es él en realidad. Así es como dota a los bellos torreones y brillante sol de un aire trágico de soledad y desolación y crea un hermoso paisaje, sí, pero un hermoso paisaje de vacío, lleno de altas torres de dura piedra marchitas y callejuelas abandonadas bajo un sol apagadamente brillante, todo ello imbuido en un silencio sólo roto por los mortecinos estertores de algún engendro sin nombre que, anquilosado, se esconde tras una esquina y que no podrás ver hasta que se abalance sobre tu espalda. Precioso. Una verdadera delicia.

Se puede sumar a lo dicho, que todo el inmenso mapa que compone Dark Souls está interconectado como una telaraña, como internet, como el Pp y el fraude. No hay un camino establecido, “puedes ir por donde quieras”, nunca sabes cuál es la ruta apropiada en cada momento, es una de las gracias del juego (y vaya gracia), aventurarte en lo desconocido sólo para darte cuenta de que acabando de empezar a jugar acabas de entrar en la que probablemente es la última zona del juego, vamos, que te dan estopa hasta en los pelos del ojete, eso es justo antes de dejártelo como la bandera de Japón, un bebedero de patos o sendas metáforas soeces similares.

Concluiré hablando de su fastuoso tutorial. Nunca antes vi un juego explicado así, es una obra maestra. Pulsa X para pegar, pulsa Y para correr, pulsa O para cubrirte con el escudo… y ya. Qué hacen los miles de objetos, cómo mejorar el centenar de armas y otros tantos escudos y armaduras, cómo evitar que otros jugadores online entren a tu mundo a reventarte… nada, no te dice nada de nada el muy mamón. Yo llevaba jugando unas 10 horas cuando me di cuenta de que se podía saltar, no os diré más yo tampoco… Ah y que no se te olvide comprar la piedra “x”, que no sabes para que sirve, en el momento, llamémosle 2 (y en ningún otro momento podrás comprar si la cagas), porque como no la tengas en el momento 223 estás jodido… vamos, un festival del humor. Chiquito de la Calzada es luz de gas.

Todo esto parece horrible, parece que os ruegue por favor que huyáis rápido y lejos; que cuando veáis una copia de Dark Souls la lancéis por la ventana más próxima. No es así, no nos engañemos, es horrible, sí, pero si no te para el corazón el algún momento y conseguís finalizarlo sanos y salvos (os aseguro un mínimo de dos o tres docenas de “me cago en su puta madre” durante el juego y esto lo dices cuando te matan unas diez o doce veces en el mismo sitio), es un juego como los de antaño, como los que ya no se hacen, no es otra mierda comercial para niños mimados que se compran la consola con el pack “Mi pequeño pony rosa que vomita arcoíris al amanecer”, esto es sólo para Frikis, pero así, Frikis con mayúsculas, los proyectos de friki, frikis en potencia y demás seres subterráneos y/o traslúcidos que no lo intenten. No están preparados. Pero si eres de mi calaña, de los que nada que no tenga alcohol o tetas te puede sacar de delante de la pantalla, entonces adelante, será lo mejor que habéis tocado (sin contar alcohol o tetas) desde hace mucho tiempo.

No, repito, No veáis las guías en Youtube, jugad, morid, perseverad y morid más y así una y otra vez, cuando consigáis tener el juego dominado (si es que tal cosa se puede conseguir) o cuando el juego os haya dominado a vosotros y llevéis 20 ó 30 horas de lucha infructuosa contra los putrefactos y miasmáticos elementos, entonces y sólo entonces podéis permitiros estudiar un poco de las guías, para ver que lo os habéis dejado o para ver la advertencia de “compra la piedra X aquí”, pero nunca veáis tutoriales de zonas que aún no habéis jugado.

Disfrutad y morid, hermanos de almas. No en ese orden necesariamente.

Morituri te salutant,

Tío Yyrkoon.

Pd: Gracias a un escritor "Anónimo" (no me acuerdo dónde lo leí), por inspirar este post con uno "Henorme" que él mismo escribió. Que él mío es mejor, sí, que no existiría sin el suyo, también: D

Ppd: Llamadme modesto. O mentiroso.

Victor Valdés



Victor Valdés. El indiscutible dueño y señor de la portería culé durante dos lustros se va. Se va dejando un regusto agridulce en el alma de la afición, más bien dulce en algunos y con retrogusto a bilis en otros. Personalmente me siento confuso al respecto. Recapitulemos.

Antes de su lesión de hace un par de meses se encontraba el cancerbero rayando la excelencia. Quizá sea mucho decir que era el mejor portero del mundo… quizá, sin duda muchos lo habrían dicho. Fuere como fuese seguro que entraba en el Top 5 de una gran mayoría de los aficionados al fútbol. Desde que tengo uso de razón no había conocido portero alguno en el Barça con un mínimo de calidad, pasaban siempre por la portería con más pena que gloria, desde el, para mí demasiado longevo en su puesto Zubizarreta, que más que tirarse se desmayaba, y desmayado se debió quedar a juzgar por la calidad de su trabajo actual, hasta el llorón Vítor Baía, pasando por una ristra de nombres que más valdría olvidar como Busquets, Hesp o Lopetegui.

Victor llegó y nos dio lo que necesitábamos los aficionados, seguridad, buen juego y continuidad en uno de los puestos más importantes. Parada tras parada condujo al F.C.Barcelona hasta una terna del mayor título europeo. Se han ganado ligas, copas de todo tipo. Se ha llegado dos veces a ser el mejor club del mundo oficialmente y, bien sabido por todos, el mejor club del mundo extraoficialmente varios años seguidos. Se ha conseguido el año perfecto bajo la diestra batuta del Pep ganando todos los títulos que se podían ganar. Victor ha formado parte de esto y lo ha hecho como una pieza fundamental, no como un cualquiera. Incluso donde figuras de talla mundial como Samuel Eto’o, Ronaldinyo, Deco y un largo etcétera han ido cayendo por el camino Victor ha prevalecido. Irrompible ante la adversidad que también ha golpeado al equipo en los oscuros años de Gaspart. Aceptando las críticas los años que le ha tocado y aceptando también los elogios cuando ha sido oportuno. Un grande. Lo ha sido y lo será varios años más.

Por todo esto y mucho más, gracias Victor. ¡¡GRACIAS!!

Ahora bien… al club que te ha formado, al club que te ha llevado a lo más alto del fútbol mundial, a la afición que te ha adorado durante años, a todos nosotros nos das la espalda. No digo que no estés en tu derecho, pero “nos haces daño” a todos. Nos dejas vendidos sin un sustituto claro. Tenemos en plantilla a un Top 5 de los porteros del mundo y te vas a marchar libre, sin dejar un mísero euro en las arcas del club al que tanto debes. Sólo para ganar dos duros más. Innominable. Te despides de la afición con una mísera carta, sin huevos para dar la cara, ni siquiera tienes capacidad para reunir el coraje suficiente de salir al campo en el último partido de la temporada (o eso dicen que vas a hacer). Toda tu actitud me parece de un egoísmo exacerbado para con quien te lo ha dado todo, que sí, que tú te lo has ganado, pero has de tener en cuenta que lo qué tú te has ganado con el sudor de tu frente bien se lo podía haber ganado cualquier otro, pero la oportunidad, la formación, todo, te lo dieron a ti. Como digo estás en tu derecho y nadie te puede reclamar nada más de lo que tú quieras dar. Muchos piensan que ya has devuelto con creces todo lo que se te ha dado, es posible que así sea, pero aun así las formas con que te marchas desmerecen tu trayectoria, podríamos llamarle “Hacer un Zidane”. Te diría que ojalá puedas vivir con ello, pero seguro que los billetes secarán tus lágrimas.

Por todo lo dicho…

Gracias Victor, gracias de todo corazón. Te deseo lo mejor allá donde vayas y no, no lo digo con sarcasmo, te lo deseo de verdad, pero ahora coge la puerta y vete a tomar por culo. Gilipollas.

Fdo:

Yyrkoon.

PD: ¿Cómo lo véis, merece una muerte lenta y dolorosa o no?

Dentro del laberinto.



Tengo que salir.

No sé muy bien dónde estoy. Todo es confuso. Parece un laberinto de sombras, plagado de rincones tenebrosos y rebosante de noche. Un exiguo retazo de una mente rota. Las paredes son frías, con un tacto áspero y desapacible. Cuando me acerco a ellas, un terrible vacío me inunda el pecho, una gélida nada, un viento iracundo portador de canciones funestas y risas abyectas.

Algunas veces, tras incontable tiempo deambulando por los angostos corredores, con los pies descalzos y descarnados, encuentro un recóndito remanso de calor. Las sombras se desvanecen por un momento y todo se funde en una artificial, pero agradable amalgama de vapores etílicos y nicotina. Las paredes se derrumban o mejor dicho, simplemente se esfuman, como si nunca hubiesen estado ahí. Entonces y sólo entonces, allá, en lontananza, se vislumbra la salida del intrincado laberinto. No es más que un trémulo brillo en el horizonte, una utopía que ha ganado cierta consistencia y materia, un pequeño punto intermitente que, aunque a ciencia cierta sé que existe no consigo enfocar bien.

Cada vez que veo la salida me dirijo hacia ella, siempre cauto, con pasos vacilantes, temiendo que se evapore, que desaparezca detrás de una invisible brisa perfumada. Sé que puede pasar, ya lo he visto antes. Parece que el camino está despejado, sin obstáculos, pero es mentira y lo sé, siempre, inflexiblemente, me acabo topando con un espejo, un espejo tremendamente familiar. Lo recuerdo de antaño, enmarcado en el verduzco negro de la obsidiana bien pulida. Antes, al otro lado, siempre había un caballero, de yelmo de dragón negro y espada de doble filo. Ahora no. No hay ya caballero ni espada ni obsidiana, ni tan sólo está enmarcado. Sólo es un trozo de espejo arrancado de cuajo de un tormento aguado y sempiterno, aun así lo reconozco y es el mismo espejo de siempre. Una ninfa oscura habita ahora en él e imita mis movimientos, obvio, es un espejo. Sin embargo, tiene vida propia, se puede ver en el hálito de sus ojos.

El espejo no se puede rodear, siempre permanece al frente, no sé bien cómo lo hace, pero siempre está ahí, justo delante. La primera vez que lo vi me dio miedo que me impidiese llegar hasta la salida, pero no es así, creo que sólo aparece para recordarme mis debilidades y temores. Se atraviesa con simplemente seguir andando, pero una vez lo has atravesado, al volver la vista atrás se ha ido, ya no sigue ahí. No estoy seguro, pero creo que se convierte en una luna amarilla, redonda y perfecta. La luna nunca se puede ver hasta entrar en el espejo.

Es posible que sea por la aurea luz, pero bajo sus cálidos rayos la salida parece más tangible, más cercana, más real. Asiento los pies, calmo los temblores y centro los ojos. Ando hacia allí, existe la posibilidad de que ni siquiera ande, simplemente me desplace navegando entre el tibio y turbio aire. Mientras, la luna va descendiendo, lenta, pero inexorable. Siempre llega al horizonte cuando parece que ya queda poco para alcanzar la meta. Entonces la luna, quizá jocosa o quizá apenada te devuelve la mirada con la frialdad del acero caliente y todo desaparece. La luna. La salida. La calidez. En un parpadeo, en un suspiro, en un insignificante, pero significativo instante vuelven los muros de sombra y hiel. Otra vez estoy perdido buscando la salida que siempre se va o que, quizá, jamás llegó a ser. “Debí andar hacia el otro lado”, suelo decirme, “la salida sólo era un reflejo en el espejo y en realidad estaba a mi espalda”, me repito, pero siempre caigo en la trampa.

Es posible que algún día la encuentre ya que, cuenta la leyenda que hubo un tiempo en que no se iba con la luna.