Que la desazón te acompañe, joven Padawan

Muy buenas aviesos lectores, disculpad mi tardanza en escribir, pero otros motivos de mayor trascendencia, como bien podría ser la autocompasión me tenían sumamente ocupado. Estoy en Edimburgo de nuevo, que decir que no se sepa ya de aquí. Los reencuentros, si bien aun no están finiquitados han sido bastante escasos y de bajo índice de alcoholemia. Entre los exámenes a la vuelta de la esquina y las películas descargadas no he salido prácticamente de casa.

El frío, que se prometía atronador, apenas se deja sentir más que en la capital del Turia, atreveriame a decir que hacía más frío cuando me fui que ahora. Por lo demás poca cosa a parte de que el negro, al cual a partir de ahora me referiré como “¿Donde esta el Ku Kux Klan cuando hace falta?”, nos ha abandonado, probablemente para regresar a la selva de donde salió a portear cajas, sin abonar su último mes. A Dios gracias tenemos su fianza que utilizaremos para tal fin, así que de nuevo me encuentro en la tesitura de escoger compañero de piso si es que algún incauto tiene a bien vivir en este antro de silencio en el que me alojo.

Llevo, como he dicho, una semana aquí, lo mismo que el gabacho, como también he dicho, prácticamente no he salido de casa, lo mismo que el gabacho, pues bien, en siete largos días con sus siete largas noches le he visto una vez, el lunes que llegamos y sólo para decirle que “¿Donde esta el Ku Kux Klan cuando hace falta?” nos había dejado en este mundo solos para ver que nos deparaba el futuro. Con esto vengo a decir que sigue más autista que Dustin Hoffman en Rain man, lo cual nos lleva a dos líneas de investigación, o su personaje de WOW tiene más nivel que la familia real esquiando o los exámenes le van a durar menos que un gramo de farlopà en casa de Maradona. Conclusión: En esta casa o hablas con la pared o con los ratones y estos últimos no parecen muy predispuestos, ahora que casi había enseñado a abrir puertas a las cucarachas de mi casa de Valencia va y me las cambian por esto… al menos ahuyentarán a los elefantes.

Concluyo comentando que casi pierdo en Londres el primer avión de mi vida, pero eso ya es otra historia que narraré cuando me atribule el proximo momento de tedio.

PD: Que mis comentarios acerca de mi excompañero de piso no os hagan pensar que soy racista, es sólo que lo veo todo muy “¿Donde esta el Ku Kux Klan cuando hace falta?”… digo muy negro.