Réquiem

El sexo fuera del matrimonio es pecado, todos deberíamos saberlo, aceptarlo y evitarlo. En caso de no hacerlo, nuestro implacable Todorrencoroso, se vengará convirtiéndonos en sal, mandando un gran diluvio por nuestra falta de fe, expulsándonos del paraíso, matando primogénitos y otra gran multitud de variados castigos no carentes de una divina imaginación. No os creáis que la inquisición se los inventaba, el de arriba se los mandaba por burofax.

Afortunadamente, el mentado, no tiene nada contra los que incitan a tan lujurioso pecado ya que en caso contrario no podría estar escribiendo estas líneas. Amo los vacíos legales, de las entidades superiores. Cuando digo que incito a tal pecado, quiero decir que incito a los demás de palabra o acto para que se lo monten entre ellos, no incito en plan Jessica Alba… si incitase en ese plan estaría todo el día en casa delante del espejo tocándome las tetas.

Pues bien, hace dos fines de semana, otro de mis compañeros de desventuras nocturnas, amén de poseedor de flamante hámster hembra decidió que íbamos a cruzar a nuestros peludos amiguitos para que conociesen los placeres del sexo. Como resulta bastante obvio por semejanzas a la realidad, en mi casa residía el más macho de todos. Pusimos manos a la rata.

Nos informamos adecuadamente de las técnicas de tan sucinto apareamiento, unos días de jaulas juntas, supusimos que para que charlasen y se conociesen mejor, si no podía resultar muy frío el encuentro. Jaula neutral para que ninguno sintiese su espacio invadido. Encuentros puntuales durante cinco días y poco más. Bien, seguimos las instrucciones al pie de la letra, apenas llegó mi amigo a casa con su jaula cogimos a Stalin del pescuezo y lo lanzamos dentro de la jaula de ella.

El amor fue instantáneo. Nada más fue detectado el intruso, la hembra, que dados sus tamaños relativos debía ser vikinga, saltó sobre el pobre Stalin chillando y entonando el himno de riego y ambos se fundieron en una bola de pelo rodante que recordaba bastante a la cabeza de Mariano Rajoy o de Chewaka. Arriesgando mi vida, con la valentía que me caracteriza los separé e inspeccioné su estado, exceptuando un "puñadito" de pelo del hocico de Stalin que había desaparecido todo estaba en regla.

Decidimos escuchar al omnisciente Google. Juntamos las jaulas y esperamos unos días. Podíamos ver como el amor se escapaba a través de los barrotes que no les permitían tocarse. Peludo amor, roedora vida. Por fin llegó el día, debíamos juntarlos, ni yo ni mi contubernio nunca nos habíamos declarado amantes del voyeurismo zoofílico, pero allí, además de mi amigo y yo, había tres personas más, móvil en mano grabando a Stalin Sigfredi.

Los metimos en terreno neutral, en la "Love Cage" que viene a ser como Nicolas Cage, pero en rosa. Él se acercó a ella, tímido y comedido, la estudió. Ella no llevaba hechas las ingles brasileñas, a los pobres no les habíamos proporcionado velitas ni vino, parecía abocado al fracaso, pero mi altruista mascota no quería desilusionarnos y se puso mini-patitas a la obra. Ella corría, se retorcía, chillaba y lo apartaba. Pobre. Al día siguiente se repitió la misma escena. Cuando se cansaban de "esquivar/perseguir" se ponían a hacer dominadas por el techo de la jaula, andando con las "manos" de barrote en barrote.

Al cuarto día ya nos estábamos cansando de la frígida hembra, barajamos seriamente la posibilidad de comprar unas minúsculas esposas rosas y esposarla a los barrotes con el culo en pompa. También pensamos en echarle a él viagra en el agua y a ella algún excitante, como una foto de súper ratón o algo así. Finalmente, la madre naturaleza realizó su labor.

Los seguimos juntando unos días más para asegurarnos, pero al tercer día, resucitó… perdón, al tercer día dejaron de hacerse caso y sólo se dedicaban a trepar y andar por el techo. Vive Iniesta que a mí, Stalin se me ha caído desde alturas relativamente considerables como desde mi hombro, y no una vez ni dos, siempre lo aguantó bien. Esta vez cayó desde el techo de la jaula, no creo que llegue a un palmo de altura. Desde ahí empezó a andar encorvado, estaba ultra-excitado y me mordió dos veces, cosa que nunca había hecho. Tuve que matarlo, nadie me muerde a mí.

Nooo, era bromita. Según mi amiga médico (me pregunto que sabrá un médico sobre hamsters) asegura que fue una rotura de vértebra con infección. Stalin murió a los dos días. Visto que la vida media de un hámster ronda los dos años y que yo llevo tres de tres en seis meses, el próximo lo voy a llamar Aznar, así al menos una parte de mí estará alegre cuando muera.

Rezad todos una oración y comeros un paquete de pipas en recuerdo de Stalin. La Gran Rata te acoja en su interminable madriguera hecha de queso y te libre de las jaulas con barrotes en el techo.

Saludos de crianza,

Tío Yyrkoon.

PD: Adquiriré dos de los jóvenes Stalins cuando nazcan, y juntos dominaremos la galaxia como padre e hijo… a no, el padre ya no.

PPD: La hembra, sin hacer honor a su condición se llamaba "Connor McLoud" ya que su madre devoró a todos sus hermanos menos a ella. Sólo puede quedar uno.

7 comentarios:

X dijo...

Vaya, no me esperaba tan triste final. :-(

Markesa Merteuil dijo...

Anda que... Al menos murió tras probar la lujuria...

Markesa Merteuil dijo...

Me olvidé de añadir un... y espero que su dueño haya, al menos, aprendido algo. Tras fuchicar, sr. Yyrkoon, no se nos encarame a ningún sitio que con la emoción puede usted caerse. :D

RoB dijo...

Joer con lo feliz que se le veia haciendo flexiones para impresionar a la amiguita que le buscasteis, otro más que sucumbe por los encantos de una hembra.

Espero sea feliz en su cielo de pipas gigantes.

Yyrkoon dijo...

X, si al final tendrás sentimientos y todo...

Marquesa, aún usted no creo que cambiase la vida por un polvo de 10 segundos ^_^ Y no sufra por mí, soy más de fumar un cigarrito que de ponerme a hacer dominadas.

Rob, es lo que tiene ser un vigoréxico.

Miriam dijo...

Pero, ¿lo llevaste al veterinario?

que un médico no sirve, solo sabe de humanos y a veces ni eso (porque conmigo no dan una... ¿sera que no soy humana y no me lo quieren decir?)

Pues eso, que cuando tengas a otro animal, que vayas al veterinario, y de paso que te revisen a ti tambien, por si las moscas.

Yyrkoon dijo...

Tú estás loca? Si una rata vale dos duros y dura año y medio o dos y esta ya tenía un año.

Compré dos nuevas.