Estoy jodido.

Sí amigos, estoy jodido. Tengo más curro que el estilista de Cristiano Ronaldo así que, por si no os habíais dado cuenta, no puedo escribir, sin duda estaréis desolados y habréis dejado ya de vivir esperando anodinamente a mi siguiente post, lo sé. No lo hagáis. Debéis seguir con vuestras vidas por muy insulsas que resulten ahora que no disponéis de la alegría de mis textos.

Si os sirve de consuelo cuando he dicho que estoy jodido no lo he dicho por tener mucho curro, es porque mi vida también se ha vuelto de pronto anodina y carente de sentido. Supongo que viene a ser una cuestión de épocas y que cada uno en cada época tiene altibajos al más puro estilo Irene Villa que el día antes del día D era más alta que el día después. Bien, pues llevo unos días sintiéndome igual que cuando me dejó mi ex.

Es cierto que algunas cosas han mejorado y otras han empeorado, es cierto que se puede ver la botella medio llena, medio vacía o vacía y doble. De hecho donde al principio de mi soltería veía soledad abrumadora ahora veo libertad ilimitada, donde antes veía fidelidad ahora veo variedad, donde antes veía democracia ahora veo unanimidad (conmigo mismo). Pese a todo llevo unos días sintiéndome como cuando ella me dejó.

Doy largos paseos por la calle en una meditabunda soledad. Me siento cansado y no tengo ganas de salir lejos de casa. Vuelvo a ver películas y series a mogollón. Tengo nostalgia y a menudo me recuerdo lo hermoso que era sentir el viento en la cara a su lado. Me siento como cuando ella me dejó.

Pese a que mi padre me deja el perro cuyo aliento me recuerda mucho al suyo antes de que se enjuagase la boca por las mañanas, pese a que en mi cocina ya hay más número de cuchillos que de cubos de basura, pese a que ya no tengo que comer apestosas algas y alimentos de cuyo origen no quiero acordarme. Y sobre todo pese a que nadie irrumpe en el baño cuando realizo actos no dignos de mención. Todo esto debería ser alegre y bueno, pero aún así me siento como entonces.

Hace un mes se rompió la correa de trasmisión de mi antediluviano mondeo, 2.000 pavazos de reparación. Inviable. Desde entonces doy largos paseos, me siento cansado y no tengo ganas de salir lejos de casa. Me siento como cuando ella me dejó y se llevó el coche. Echo de menos sentir el viento en la cara a través de las ventanillas…

Caminantes, sí hay camino, lamentablemente es demasiado largo para hacerlo sin cuatro ruedas.


EDIT: Cuando te lo pregunta una persona dices "Pobreta, está tontita y no entiende nada" y se lo explicas. Cuando te lo pregunta la segunda persona dices "El mundo está muy mal, el coeficiente global debe haber bajado veinte puntos en los últimos años". Cuando te lo dice la tercera dices "¿A ver si el tontito sin coeficiente voy a ser yo?" y acto seguido procedes a editar tu post.
Que no. Que no estoy jodido, que era una coñita barata para representar mi falta de coche, me temo que me salió tan barata que nadie lo entendió. Manda huevos.

5 comentarios:

RoB dijo...

Bueno...te voy a decir una palabra que te llevara a todas partes...BONOBUS.
Un abrazo.

Yyrkoon dijo...

Joven Rob, deja de vivir en el pasado, desde que mi hermana se ha vuelto de un altruista subido de tono, soy poseedor de un flamante Opel corsa de 6 pedales (y pensar que el twingo funciona con dos... que pobres) hasta que mi atolondrada mente se decida por el vehículo que voy a adquirir, esperemos que se decida en breve.

Markesa Merteuil dijo...

Oh, ya estás pensando en otro... Infiel. :D Guárdale algo de luto, hombre. :D

Miriam dijo...

¿ein? no lo entiendo. ¿To esto era pa hablar de tu coche? ¿pero a quien le hablas de tu coche diciendo: "echo de menos a mi novia"?

No me lo expliques ¬¬

Yyrkoon dijo...

Pues vale, no te lo explico :-D