Saint John

San Juan, siempre fue mi noche preferida del año. La noche en que siempre se montaba gorda, la noche en que todo el mundo salía y se consumían litros y litros y más litros de X cuando X tiende a cerveza, whisky, vodka, THC, LSD, ABS, EMT y todas esas cosas que toman los jóvenes.

Cargábamos bebida y partíamos raudos hacia el tranvía, al llegar, inflexiblemente, año tras año recordábamos que no habíamos comprado leña. La parada del tranvía parecía, y aún a día de hoy sigue igual en San Juan, la salida de incendios de las torres gemelas el 11S o la autoestima de José María Aznar, a reventar vamos.

Si ya cuesta hacerse sitio en la parada del tranvía, del tranvía en si ni hablemos, llega aquello que parece una pecera llena de peces limpia cristales de esos, todos pegados lamiendo las ventanillas, que parece que aquello va a hacer explosión de un momento a otro. Cuando se abren las puertas la gente se desparrama, que es lo que tiene estar a siete mil atmósferas, ríete tú de Fernando Alonso. No problemo. La gente que espera fuera, que es muy solidaria, ayuda a la recomposición de la estructura original y vuelve a meter a la turba caída y a un par de docenas más. Siete mil doce atmósferas.

Cuando pasan un par o quince tranvías decides que en el siguiente entras sí o sí, y no porque vaya más vacío que los anteriores, sino porque o entras o llega el invierno. Es entonces cuando echas de menos por primera vez en la noche la leña, y es que cuando vas con seis troncos astillados, cortantes y plagados de bacterias letales por delante la gente tiene una mejor disposición a apartarse de tu camino. Supongo que porque te ven cargado, últimamente la gente, como ya he dicho, es muy solidaria. Tras ardua pelea consigues entrar en el vagón. Un vagón no es otra cosa que un vago muy gordo, como nota informativa lo digo. Nada más entrar sueltas el aire y así puedes respirar. Pobre de ti si entras sin aire, estás jodido, olvídate de que tus pulmones se puedan expandir ahí dentro. En cualquier caso, como huele a campamento de mofetas adolescentes tras el test de Cooper igual es casi mejor no respirar.

Bien, transcurridos los pedazo cinco (por no decir tres) minutos y/o dos paradas que tarda el tranvía en llegar a la playa desde mi casa es cuando vuelve a producirse el efecto 11S. La gente, que es ansias de cojones, no sé porque se empeñan en que tienen que respirar, como si fuese algo importante, así que todos tienen que salir los primeros. Se produce una segunda batalla y vuelves a echar de menos los mortíferos troncos.

Por fin, estamos en la playa, bueno, a sólo cien metros y una manzana. Cien metros de borrachos, cien metros en los que se va enturbiando el ambiente y se encoge un poco el corazón. Se hace una reverencia a la estatua de víctimas y damnificados por viajes tranvieros en San Juan. Se recuenta a la gente, un minuto de silencio por los colegas perdidos en el camino y entre el negro enjambre de elementos de diversas calañas comienza la "caminata".

Las bolsas del mercadona tienen overbooking, el plástico va mordiendo la carne, cortando la circulación primero y la extremidad después, avanzas más rápido en pos de poder salvar algún dedo de la segura amputación, finalmente notas la arena entrar en tus deportivas. "¡Mierda, otro año más me he olvidado las chanclas!". Dejas las bolsas, oteas el horizonte de cabezas, es difícil encontrar un hueco para hacer una hoguera en una playa donde hay más gente que granos de arena, también es difícil hacer una hoguera sin leña. Dejar bolsas en tierra, respirar.

Andas y cuando encuentras el lugar adecuado te haces un hueco, extiendes la toalla. "¡¡Mierda, otro año que me he olvidado la puta toalla!!". Es el momento de conseguir la leña, palés, desechos de otras hogueras, troncos robados a incautos bañistas, etcétera. Llega el momento del cosplay, hay que encender la hoguera. Por alguna razón, todo el mundo, incluso aquellos que no son capaces de guiarse con un mapa dentro de su propia habitación, se han convertido en intrépidos montaraces del las tierras del norte. "Soy Yyrkoon, hijo de Yyrkonoth, heredero del Four Roses, regente del hielo y los vasos de tubo. Apartaos, yo encenderé vuestro fuego". Todos quieren encender el fuego, cada año lo consigue sólo el más diestro o el menos borracho, aunque a esas alturas ninguno se ha pasado… aún.

Cojonudo, hogueras encendidas, primer cubata dispuesto en su recipiente natural, grupo de jóvenes semidesnudas y sin maromos avistadas. Llegó el momento de cumplir con la tradición por antonomasia, hay que saltar doce olas a las doce de la noche, "¡¡La puta, es la una y media!! ¿Valdrá igual si salto ahora una ola y media?". En realidad da lo mismo ya que vas en vaqueros y se te ha olvidado el bañador. En realidad te has olvidado de todo menos de la bebida, gracias que no te has olvidado de que es San Juan.

No pasa nada, te bebes la botella de Whisky que has comprado para ti solo y ya no es problema que te hayas olvidado las cosas, tranquilamente te puedes revolcar por la arena, bañarte en gayumbos o en vaqueros incluso llegado el caso. Si antes ya estaba todo lleno de mujeres brutales por todas partes, ahora que ves el doble es incluso mejor y así transcurre la noche, entre risas, viajes a mear y subirse a la pirámide de cuerdas desafiando a todo pensamiento racional que indica que es mejor no hacer equilibrios cuando difícilmente te mantienes en pie.

Al final de la noche, las máquinas de la limpieza te invitan amablemente a retirarte si no quieres ser tragado por los rodillos de pelos gigantes de colores, San Juan ha terminado, el verano ha empezado y el sol aguanta un minuto menos a cada día que pasa.

"En la noche de San Juan, como comparten su pan, su mujer y su galán gentes de cien mil raleas. Apurad, que aquí os espero si queréis venir, pues cae la noche y ya se van vuestras miserias a dormir."

Nos hacemos viejos, prácticamente todos trabajamos, mi gente ya no baja en San Juan, las jóvenes semidesnudas han pasado a ser niñas semidesnudas, que no es que estén mal, pero leñe, es delito. La botella de Whisky, con eso de irse a las dos a casa se ha convertido en dos litros de cerveza y el THC en AAS. Para más inri ayer me hicieron acercarme al puto escenario de Máxima FM, un infierno de música electrónica que parecía aquello el rodaje de los 300 después de rebozarlos en cocaína, no había visto tanto músculo junto desde que quitaron el programa de operaciones que hacían en antena tres de madrugada.

En 2012 cae en sábado, recordaremos viejos tiempos… si el reuma nos lo permite.

Ponte en pie, alza el puño y ven, en la fiesta pagana en la hoguera has de beber…

Yyrkoon.

PD: Un poco más largo de lo habitual, siento haberos aburrido, pero es que es el post 100.

8 comentarios:

Nikaperucita dijo...

Mmm... pocas noches de San Juan he vivido yo, y menos una de estas :)

X dijo...

Yo una, y estuvo bien, fuimos algo más organizaditos la verdad. xD

¿Por qué te comes 2011?

Yyrkoon dijo...

Nika, es que sin el Mediterraneo no tiene la misma gracia. ^_^

X, me lo como porque cae en jueves y será lo mismo de este año, poca gente (de los míos) y poca fiesta (para mí).

Anónimo dijo...

Yo nunca he vivido una noche de San Juan en la playa con las hogueras y tal...a ver si el año que viene puedo!

Luxy dijo...

Ains!!! que recuerdos, yo también añoro un montón San Juan, aunque yo no necesitaba amigos, iba encontrando a gente por el camino.
Ahora me voy con mi "chico", un bocata, UN LITRO DE CERVEZA y a la 1 en casita. Yo os encontraré en la playa en el 2012 palabrita de Mesi.

Yyrkoon dijo...

uy, blog nuevo, me pasaré a echarle un ojo, que desde que te dije que conocía el otro que ya no me motivaba entrar (y no entraba de hecho). A ver si hemos mejorado :P ^_^!

Miriam dijo...

Como dicen aqui en madrid: "Si es que los valencianos, todo lo celebrais quemando cosas".

Yyrkoon dijo...

A ellos si que los iba a celebrar yo...